La recogida de aceitunas en Can Lluc para hacer nuestro propio aceite local en Ibiza

En Can Lluc, hay días que parecen escritos por la propia tierra. Días que huelen a otoño, a campo, a manos que trabajan juntas y a una luz dorada que se cuela entre los olivos como si quisiera celebrar con nosotros.
Uno de esos días llegó hace apenas unas semanas: la cosecha anual de nuestras aceitunas, el momento más esperado para quienes amamos la Ibiza rural auténtica.

No es solo una recolección.
Es un ritual.
Un gesto heredado.
Un agradecimiento silencioso a la finca que nos acompaña desde hace más de trescientos años.

Un legado que sigue vivo entre los olivos de nuestra finca en Ibiza

Hace décadas, cuando esta finca era únicamente la casa payesa de nuestros abuelos, la cosecha era un acontecimiento familiar: todos se reunían para recoger las olivas que luego se convertían en el aceite local que alumbraba, alimentaba y acompañaba cada plato.
Hoy, aunque el hotel haya crecido y se haya convertido en Canlluc Boutique Country Hotel & Villas, esa tradición sigue siendo el corazón de todo.

Nuestros olivos –jóvenes, pero llenos de vida– producen pequeñas aceitunas arbequinas que son una joya silenciosa del paisaje ibicenco. Esta temporada, la tierra nos regaló unos 173 litros de aceite virgen extra, fruto de un trabajo paciente, de manos cuidadosas y de un compromiso profundo con el entorno.

Cada gota es una historia.
Una raíz.
Una manera de entender la vida.

El día de la cosecha: cuando la finca respira diferente

El aire cambia.
El sonido cambia.
Los pasos sobre la tierra parecen más lentos, más respetuosos.

La llegada de la cosecha transforma la finca. Hay una quietud distinta, un brillo especial en las hojas, una expectación silenciosa que invade cada rincón. Vivimos estos días con ilusión, acompañando el proceso y celebrando lo que la tierra nos ofrece temporada tras temporada.

Porque en Can Lluc, lo rural no es estética: es esencia.

No hay prisa.
No hay ruido.
Solo campo, respiración y gratitud.

Un aceite que nace en la tierra… y termina en tu plato

Nuestro aceite local no se vende fuera. No se distribuye. No se busca comercializar.

Es un tesoro pequeño y auténtico, creado exclusivamente para nuestros huéspedes y para la cocina de nuestro restaurante, donde cada plato respira la filosofía slow food que defendemos cada día.

Lo utilizamos en crudo, para terminar pescados y ensaladas, y también en la cocción de recetas tradicionales. Su sabor afrutado, fresco y delicado aporta esa nota que diferencia un plato correcto de uno verdaderamente memorable.

Puedes descubrirlo en nuestras propuestas gastronómicas: https://www.canlluc.com/gastronomia

O vivirlo en un entorno aún más íntimo, disfrutando de la experiencia en la casa payesa del siglo XIX, donde muchos huéspedes nos han contado que han probado “el mejor aceite de su vida”:
👉 https://www.canlluc.com/blog/experiencia-gastronomica-casa-payesa/

Aceite sostenible - comer bien en Ibiza

 

La sostenibilidad no es un discurso: es una práctica diaria

Recolectar nuestro propio aceite forma parte de un ciclo mucho más grande:
la forma en que trabajamos la tierra,
en que cuidamos el agua,
en que seleccionamos producto local,
y en que entendemos la hospitalidad desde la responsabilidad.

Es uno de los pilares de nuestro compromiso como Ecoresort en Ibiza, donde cada decisión busca acercarnos a un modelo más consciente y respetuoso con el entorno.

Producir este aceite local significa:

  • Reducir transporte y emisiones
  • Aumentar la trazabilidad real del producto
  • Apostar por lo local
  • Preservar una tradición payesa
  • Ofrecer autenticidad a nuestros huéspedes

Es una forma de decir:
“Aquí todo tiene un sentido.
Y todo empieza en la tierra.”

De la finca a la mesa: un sabor que solo existe en Can Lluc

Quienes nos visitan cada año saben que Can Lluc no es solo un lugar para dormir:
es un lugar para sentir.
Para comer lento.
Para entender la isla de otra manera.

Nuestro aceite es parte de esa experiencia

Es la esencia líquida de un agroturismo que sigue vivo, que evoluciona, que se moderniza, pero que nunca pierde su raíz.

Porque mientras haya olivares en esta finca…
habrá historias que contar, manos que recoger, y platos que honrar.

Quizá el mejor modo de entender la magia de este aceite es… simplemente probarlo.
Sentarte en nuestro jardín, en una mesa tranquila, con el sonido de los pinos y el aire cálido del atardecer, y dejar que el sabor del campo ibicenco te hable.

Te esperamos para probarlo.

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