VANITATIS: Ibiza, de la purpurina a la ‘pax’ mediterránea

Calas turquesas, tranquilidad, una fiesta de día y un plan divertido en familia. Una decena de rituales para vivir el espíritu transgresor de la isla balear.

Uno piensa en Ibiza y suele evocar desenfreno y lujuria. Plumas, purpurina, yates de lujo, caviar y champán. Y sí, eso es Ibiza, claro, pero también está la de las alpargatas, las playas de piedras, las ensaladas de tomate y los chiringuitos campestres. En serio. Ibiza es todo a la vez y ahí radica su encanto. Un atractivo que ha convertido la isla en parada obligatoria para las celebrities, como Valentino y su famoso yate, por el que pasan personajes como Naomi Campbell, Kate Moss, Gywneth Paltrow, Leonardo Dicaprio y cualquier estrella del momento. Cada verano Ibiza se llena hasta los topes y aún así hay rincones por descubrir, donde bañarse en aguas cristalinas casi en soledad. A las clásicas discotecas como Amnesia y Pachá se les han sumado propuestas como Lío y Ushuaia, lugares en los que bailar hasta las tantas y toparse con las caras conocidas que visitan la isla cada año. En Sant Joan de Labritja y sus alrededores tenemos la calma y la paz que recuerdan a aquella idea hippy que convirtió Ibiza en paraíso en los 60 y 70 del pasado siglo. Casas blancas con piedras pintadas de colores que marcan los caminos, salamandras colgando de las puertas, hamacas y tranquilidad. El norte de Ibiza es para los tranquilos y el sur y el oeste es para aquellos que buscan la Ibiza de las revistas. Para todo, es indispensable alquilar un coche (y un barquito para fondear calas). Para lo primero, un tip. Se puede conseguir hasta un 15% de descuento si sigues estas pautas para alquilar tu coche.

DÓNDE DEJARSE VER

 

La gastronomía de Ibiza es universal y los mejores chefs del mundo suelen tener aquí sus rincones, excusa perfecta para acudir a locales en los que siempre se puede cruzar uno con alguien famoso. Ángel León, conocido como el chef del mar, colabora este verano con el hotel Me en una propuesta especial. También los hermanos Adrià, Ferrán y Albert, tienen su propia propuesta en la isla. Se trata de Heart, idea creada junto a Guy Laliberté, fundador del Cirque du Soleil, otro enamorado de Ibiza (su casa en Cala Tarida es un espectáculo digno de ver, con altas columnas para avistar estrellas…). El restaurante Cipriani es otro de los locales en los que ‘pasan cosas’, como aquella noche en la que Justin Bieber y Orlando Bloom se liaron a tortazos en el restaurante. Amnesia es otro de los lugares en los que los famosos reservan su espacio VIP para asistir a alguna sesión especial, como las que este verano prepara el multimillonario Gianluca Vacchi, quien pinchará todos los miércoles en la sesión Vibra! junto a las grandes estrellas internacionales de la música latina como Fonsi, Sebastian Yatra, Karol G, entre otros. El cabaret Lío, donde suelen ir Vanesa Lorenzo y Carles Puyol con Carles Sans (El Tricicle), y el club Ushuaia, uno de los favoritos de Paris Hilton, son otros de los puntos calientes de la noche ibicenca, que parece que no termine nunca. Ses Salinas es otro place to be. Es en esta playa donde cada verano se hace fotos Paula Echevarría (antes también David Bustamante). Allí están los beach clubs más famosos, donde no hay ni un cuerpo sin tatuar, la grasa queda relegada al invierno para dejar espacio a los músculos más trabajados del mundo y la silicona toma las delanteras de casi todas. En Cala Tarida tenemos el mismo ambiente, como en Sant Antoni, la Platja d’en Bossa y Talamanca. Dicen que una de las mejores playas del mundo es Cala Conta, al norte, y podemos dar fe que incluso en pleno agosto, con cientos de personas bañándose, las aguas cristalinas encogen el corazón. Allí hay que hacerse la obligatoria foto de la puesta de sol ibicenca, con el mar tragándose al astro rey. Cala Vadella es otra bonita playa, algo rocosa pero con buenos chiringuitos para comer (no beach clubs). Si preferimos el ambiente familiar, en la playa de San Vicente nos sentiremos como en Sanxenxo, sin apenas famosos. Y en la playa del Port de Sant Miquel podemos cruzar al otro lado con una zodiac por unos 4 euros por persona y plantarnos en la Illa des Bosc, una playa semidesierta de piedras y mar transparente en la que podemos comer en un chiringuito de madera en el que solo ofrecen carne a la brasa y ensaladas. Las dos Ibizas en una.

DÓNDE COMER

 

Visita obligada para paladares gourment es el templo de Paco Roncero, Sublimotion. Situado en playa d’en Bossa, en Sant Josep de Sa Talaia. Su menú, el más caro del mundo, consiste en catorce platos, dos postres y las copas. Su visita, una experiencia culinaria que marca a quien pasa por este espacio. En el corazón del la noche está otro lugar imprescindible: Tatel Ibiza, el hermano balear del que triunfa en Madrid entre la jet. Pescados frescos del meditérraneo, arroces, sopas frías, ostras y caviar… Todo servido frente al mar (en primera línea de la playa d’en Bossa) entre Ushuaïa Ibiza Beach Hotel y Hard Rock Hotel. El restaurante Las Dos Lunas es mucho más que un restaurante italiano en Ibiza. Las Dos Lunas es uno de esos locales preferidos de los residentes y visitantes de la isla gracias a su cocina de calidad en la que hace uso de los mejores ingredientes y también por su inmejorable ubicación en una antigua casa payesa, lo que lo convierte en uno de los restaurantes más bonitos y románticos de Ibiza, que abrió sus puertas en el año 1981. Pero vayamos al norte de la isla para probar los platos típicos marineros, como el bullit de peix, un guiso con patata, pescado y alioli con marca de las Pitiusas. Si quieren probar el mejor, vayan a Port Balansat, un restaurante de manteles blancos y copas de cristal que sirve las mejores especialidades ibicencas. También fuera de ambientes sofisticados siempre hay que recalar en el restaurante más antiguo de la isla: la casa de comidas San Juan, un lugar encantador, con aires de taberna, donde sirven pescado fresco a precios imbatibles. No reservan y hay que hacer cola pero vale la pena.

 

DÓNDE DORMIR

 

El lujo es marca de la casa en este pequeña isla donde cada verano hay más turistas que habitantes. Las propuestas de cinco estrellas para dormir son incontables y seleccionar algunas es tarea difícil. Tenemos los citados hotel Me, con una piscina increíble, y el Ushuaia, que es un restaurante y una discoteca, sí, pero también un hotel de lujo con unas vistas espectaculares desde su azotea, y también el Hard Rock Hotel y el Sol Beach House. Podemos buscar algo diferente en Dalt de la Vila, como se llama el centro histórico de la capital, la ciudad amurallada situada en un montículo que ofrece vistas de impresión.

Allí, dos hoteles con encanto son la Torre del Canónigo y el Hotel Mirador Dalt Vila. Pero si lo que queremos es tranquilidad, no lo duden, váyanse al norte, siempre al norte. Allí, entre pinos y cabras, está Can Curreu, un oasis en el que además de dormir en plena naturaleza con todos los lujos en la mano, podrán degustar una gastronomía de la tierra, cuidada y preparada con esmero. Más sencillo pero de propuesta parecida es Ca n’Escandell, una propuesta de agroturismo que queda en el recuerdo. Y un poquito más al sur, Can Lluc, en la carretera de Sant Rafel a Santa Agnès, tan rural como chic y paradisiaco.

DÓNDE COMPRAR

Es el mercadillo Las Dalias, que en su época fue un lugar hippy y aunque ahora ya no mantenga ese espíritu, sí que guarda algo de su esencia inicial. No hay nada como conocer a un autóctono para que recomiende lugares y fue Ricardo F. Colmenero, periodista gallego afincado en la isla, quien nos dijo que en Las Dalias fuéramos a visitar a Carlos, el único librero del mercadillo. Este antiguo traductor de la ONU es un personaje digno de Ibiza, donde vive desde hace décadas en una casona perdida en pleno monte. Si le damos palique, además de recomendarnos lecturas veraniegas, puede que nos haga hasta una carta astral. Y oye, a veces acierta. Del norte, donde está Las Dalias, podemos ir al sur con parada obligatoria en Santa Gertrudis, uno de los pueblos más bonitos de Ibiza. Allí, cada una de sus tiendas tiene algo especial, así que dense una vuelta y rebusquen con tiempo. Más hacia el sur está San Josep de Sa Talaia, donde en plena carretera hay un colmado que tiene bar (algo muy típico de Ibiza) en el que por las noches hay conciertos de jazz. Es el colmado Sant Jordi, un lugar casi desconocido, donde podemos encontrarnos a personajes como la exactriz Silke, afincada en la isla. Y si lo que buscamos es a los hippies que allí siguen, nada mejor que pasar un domingo por el mercadillo de Sant Jordi, cerca del aeropuerto, donde entre sorprendentes baratijas podemos encontrar auténticos tesoros a precios de risa.

 

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